Hace cosa de dos años me empezaron a salir unos granitos pequeños en la cara, concretamente en la zona de los pómulos. Poco a poco se fueron extendiendo hacía abajo, con lo que me cogían prácticamente todo el moflete. En un principio no me preocupó porque pensé que eran problemas hormonales, dado que coincidió con el comienzo de la píldora. Empecé a preocuparme cuando los granitos empezaron a ser más grandes y acabaron infectándose. Tenía rachas en las que mi cara estaba en carne viva.
Con mi preocupación a cuestas me fui al médico y me diagnosticó "rosácea pultácea" y me dijo que era una enfermedad cutánea sin solución. Vamos, que podía reducirla, pero no acabar con ella. Para las que no sepáis en que consiste esta enfermedad, os cuento un poco de qué va.
Se la conoce como "la maldición de los celtas". Es una enfermedad que afecta sobre todo a personas con la piel muy blanca. Afecta a ambos sexos, pero es común tres veces más en la mujer que en el hombre. La enfermedad comienza con un enrojecimiento en la parte de las mejillas, la nariz o la frente, raras veces en el cuello o en el pecho. Cuando la enfermedad progresa, los vasos sanguíneos superficiales de la cara se dilatan, aparecen granos y pústulas, enrojecimiento ocular, quemazón, escozor y picor. Puede ser confundida con un acné vulgar. Existen varios tipos de rosácea, pero en mi caso, el enrojecimiento es permanente, con granos enrojecidos que contienen pus (lo siento por ser tan asquerosita!!) con irritación y sensación de quemazón. Os enseño cómo tenía la cara antes...
No se nota mucho, pero sinceramente, no tengo ninguna foto con un brote exagerado porque me da un poquillo de vergüenza.
Mi doctora me recetó una pomada para poder reducirla, para poder controlar los brotes más violentos. El caso es que la pomada me dejaba la cara perfecta durante varios días. Me la tenía que echar durante 7 días y después dejarlo. Me la echaba, terminaba con el tratamiento, y a los tres días de dejar de dármela..... mi rosácea volvía a aparecer con más virulencia. Esta crema contiene corticóides, por lo que no se puede abusar de ella. Así que lo tenía complicado. Esta es la cremita, por si os interesa.
Un buen día, llegué con un brote exageradísimo al trabajo, la situación de mi cara era indescriptible, no había palabras. Hablando con mis compañeras del tema, una de ellas me recomendó el aceite de rosa mosqueta. Pensé que no me iba a hacer nada, pero decidí probar al ver en internet todas las propiedades que tiene este maravilloso aceite. Creo que la tarde que cogí el bote para comprarlo tomé una de las decisiones más acertadas de mi vida. Es un aceite de la marca Babaria, me costó poquísimo en el Alcampo y trae 50 ml, vamos que me va a durar la vida enteraste:
He recuperado la suavidad y la hidratación en la cara. La diferencia es notable. No he vuelto a tener un brote desde hace meses y lo mejor de todo, he vuelto a maquillarme. Os enseño una foto de estos últimos días para que veáis que mi cara ya no tiene esos granos rojitos que tanto molestan... 

Como podéis ver, no solo he conseguido reducir la rosácea, sino que he acabado con ella. Además, este aceite me está sirviendo para hacer desaparecer pequeñas cicatrices que tengo que otras zonas de granitos que han dejado huella, jeje...
Espero que os sirva de ayuda esta entrada si tenéis algún tipo de problema con los dichosos granitos.
Nos vemos!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario